Marina Easley
Aquí yace el
inner que todos llevamos dentro;
El que en
despertando a la vida, su más grande anhelo
fue cambiar el mundo:
Hacerlo
completamente cuadrado, con cuatro relucientes
esquinas, y en la mitad, un gran jarrón con
rosas de todos los colores.
Pero cuando no
pudo hacerlo, alzó los ojos y miró al
horizonte de donde le llegaban llamados de
triunfos, laureles, glorias por nadie soñadas
y comenzó la marcha, confiado, sereno,
esperanzado en que nada ni nadie lo detendría…
Y atravesó
torrenciales y congelantes lluvias que le
empaparon el cuerpo y le congelaron el alma.
Y peleó
valientemente contra fuertes e inclementes
vientos que lo dejaron desnudo, pero luego
vino el sol que le calentó el alma, y le quemo
el cuerpo hasta llagárselo… ¡Perfecto!
Pero pasadas
estas vicisitudes, sintiendo que había
cumplido con su deber, una vez más alzó los
ojos, para encontrarse, que había llegado al
sitio y a la hora precisa en que debía morir…